Día a día

MAITE PÉREZ PUYÓ, UNA GRAN MUJER

En esta mañana de viento, mientras el cierzo silbaba por los tejados del casco viejo, Maite Pérez Puyó se nos ha ido apagando en la paz, acompañada por el cariño de Teresa, y nos ha dejado el alma encogida y mudas las palabras. Era una mañana de sábado fría y soleada que, de pronto, se nos ha ido llenando de recuerdos entrañables en los que el sonido era esa sonrisa noble y generosa de Maite, compartiendo con nosotros su amor a esta tierra que tantas cosas le debe en la recuperación de su cultura, compartiendo su lealtad a su trabajo y su compromiso sin horarios. Hoy es un día triste y doloroso para los que queríamos y queremos a Maite, la secretaria íntegra y modélica de siete de los consejeros de Cultura hasta que alguien cometió la injusticia de sobreponer al mérito y al trabajo profesional el deleznable amiguismo de alguien de su partido. Pero no logró evitar que, por encima de su ruindad, Maite siguiera siendo el referente de una intachable profesional y de una gran persona. Allí donde estés tienen que estar contentos de gozar de tu alegría vital, y nosotros estaremos contentos por haber tenido el honor y la suerte de compartir tu amistad y afecto, de poder formar parte de tu generosa vida entregada para tus amigos y tu tierra. Hoy te recordamos mirando con cariño la foto que, con humor, pusiste en tu facebook.