Día a día

EL ASESINATO DE UNA FAMILIA EN LA RUSIA COMUNISTA

En la medianoche del 17 de julio de 1918, los bolcheviques liderados por el sanguinario Lenin, cometieron el brutal asesinato de la familia del zar Nicolás II. A la zarina le dispararon en la boca, las niñas son rematadas a bayoneta en la cabeza porque sus corsés impiden herirlas de muerte con los primeros disparos, el niño heredero le remataron con dos disparos en el oído, la mascota fue muerta de un disparo y una criada que huyó rematada a bayoneta… Esta gloriosa hazaña es uno de los asesinatos más sanguinarios y brutales de la historia del siglo XX, liderados por un tarado que se llamaba Yákov Yurovski, un asesino judío que se convirtió al luteranismo y luego se hizo comunista, y con 17 soldados elegidos entre lo mejorcito de cada casa como pueden suponer. En 2008 los tribunales rusos rehabilitaron al zar Nicolás II y declararon que aquel suceso fue un estricto e innecesario asesinato. Hoy viene bien que recordemos a los asesinados y pronunciemos el nombre del asesino, del canalla asesino, para llenar su memoria de la indignidad y el desprecio con que premiar a todos aquellos que no respetan la vida sea donde sea y al nivel que sea. Para ampliar datos, comparto con vosotros un texto de una enciclopedia para que podais ampliar el relato de este insulto a la tolerancia y al respeto a la vida, culminado por el régimen comunista de Rusia:

“En la medianoche del 17 de julio el zar junto a los integrantes de la familia fueron llevados al sótano de la Casa Ipátiev donde fueron fusilados, junto a algunos sirvientes cercanos, un médico leal e incluso el perro del niño. El pretexto era que se les iba a tomar una fotografía antes de partir; o se les iba a trasladar. Nicolás II colocó al heredero en sus rodillas mientras tomaba asiento junto a la zarina, las hijas se sentaron atrás y los sirvientes y el médico a los costados, de pie. Pasaron unos instantes y repentinamente entró Yákov Yurovski con revolver en mano y 17 soldados armados con fusiles a la bayoneta. Cuando Yákov Yurovski levanta el revolver y declara al zar que el pueblo ruso le ha condenado a muerte, el zar alcanza a balbucear: -» que?»- y le dispara casi a quemarropa. El zar cae instantáneamente muerto, la zarina se alcanza a incorporar haciendo la señal de la cruz y gritando, es muerta de un disparo en plena boca por Yurovski y seguidamente los fusileros realizan una descarga cerrada al resto de la familia. Las hijas, que llevaban corsés apretados y además en su interior estaban cargados con joyas, no mueren inmediatamente y son rematadas a la bayoneta. Anastasia, murió rematada a bayonetazos realizados por Ermakov. El zar murió con 50 años recién cumplidos. El zarevich sobrevivió a la primera descarga y fue muerto por Yurovski en el remate de moribundos disparádole dos veces a la altura del oído. Una de las sirvientas que no recibió la primera descarga es perseguida dentro de la habitación y rematada a bayonetazos, e incluso la mascota es muerta de un disparo. Posteriormente los cuerpos son llevados en camiones y depositados en una mina abandonada. Al día siguiente, Yurovski, temiendo que el rumor sobre el fusilamiento indujera a recuperar los cuerpos, ordenó su traslado y destrucción de los cadáveres por fuego y ácido y arrojarlos a piques de otras excavaciones, ubicadas 12 km fuera de la ciudad, en la mina que se llama «los cuatro hermanos».