En estos días en los que estamos viviendo el debate de los presupuestos municipales que ha presentado el gobierno municipal de Belloch, hay que destacar algunas cuestiones que me parecen fundamentales y que pasan muchas veces desapercibidas, sobre todo para aquellos que sólo entienden el debate presupuestario como el ejercicio de denunciar y contabilizar si esta partida se ha incrementado o si han quitado aquella otra.
Son exactamente dos cuestiones que, a mi humilde entender, convierten a este proyecto de presupuesto para el año 2009 en un ataque y una inaceptable sangría para la ciudad de Zaragoza. Dos cuestiones que nos hablan de que no se está planteando un proyecto para resolver las necesidades de los zaragozanos, puesto que lo que hay es simplemente una relación de gastos brutales que se dejan a cubrir con los impuestos de los ciudadanos. Las financiación de los casi 800 millones de euros se saca de los tributos, en sentido amplio, que se evalúan en 666 millones, a los que hay que sumar los 58 millones de euros que –aunque ellos saben que no es posible- intentan sacar de la venta de suelo. En total más de 700 millones de euros de los gastos sacados de los bolsillos de los contribuyentes.
Y en segundo lugar, no debe pasarnos desapercibido que las inversiones, por valor de 121 millones de euros, nos llevan a plantear que hemos vuelto al nivel de inversión que se estaba haciendo en el entorno del año 2004. Circunstancia esta que nos habla de cómo trata el equipo de gobierno a la ciudad, cómo quiere plantear su progreso, cómo está diseñando su futuro desde una salvaje reducción de la inversión. Pero, en este punto nadie debe creerse que es porque ahorramos ya que el dispendio en otros asuntos es brutal, como en pagar a los cargos del equipo de gobierno por ejemplo. O incluso en hacer frente a una desorbitada deuda que supone 17 millones de euros de amortización anual y 30 millones de euros de gastos financieros. En total, cerca de 50 millones de euros que son –para que ustedes lo entiendan mejor- más de 8.000 millones de pesetas al año. Ni más ni menos. Ocho mil millones de pesetas a pagar entre todos.